TESAURO

CRONOLOGÍA

ARCHIVO F.X.

MÁQUINA P.H.

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Sol LeWitt

Noviembre de 1939. Torturados en las celdas psicotécnicas. Celdas psicotécnicas. Iglesia de Vallmajor. Barcelona. Revista España. 1940. Fotografía pegada en L.- Carnet’ 37. Rescatada por Juan José Lahuerta. Ministerio de Gobernación. Editora Nacional. Fotografía Hermes.

 

Enero de 1969. Sol LeWitt dibujando las líneas de su patrón Drawing. Nueva York. Sol LeWitt. Revista O To 9, nº 5. Frases sobre arte conceptual. Sol LeWitt. Drawing (Dibujo). Octubre de 1969. Tinta sobre papel. 76 x 60 cm. Por cortesía de Art & Project. Ámsterdam. Fotografía Sol LeWitt.

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No había más intención por mi parte que suministrar la información que se me pedía. Yo sabía usar de cierta forma esta información pero no era mi intención saber en qué sentido iba a ser usada. Lo que sospechaba, en cualquier caso, lo hacía obligado.

 

Simplemente dar información, del mismo modo que un administrativo clasifica los resultados de sus premisas, el azar, el gusto o las formas recordadas inconscientemente no jugarían ningún papel en el resultado.

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Durante los dos primeros días me privaron de todo alimento. No podía sentarme ni pasear… mis ojos topaban siempre con las líneas paralelas, las cuales palidecían adquiriendo tonalidades casi blancas bajo la iluminación del potente foco de la ventanilla. Y en la pared del fondo aquellos círculos brillantes, fijos, mudos, inmóviles… Al sexto día me ocurría algo extraño… me encontré como idiotizado unas veces y excitado como un loco otras. Perdí la conciencia de la realidad y sólo las alucinaciones que sufría tomaba por tal. El movimiento de las líneas, el relieve de los cubos me producían tan perfecta sensación de realidad, que me lanzaba contra las paredes con las manos crispadas para detener las unas y comprobar el relieve de las otras. Por un momento disipábase la alucinación, las líneas permanecían inmóviles y el tablero era plano. Pero al separar mis manos de la pared, volvían a adquirir movilidad y relieve unas y otros. Y tan metidos los tengo todavía en mi cerebro, que algunas veces –con suma frecuencia los primeros días después de salir de allí– los proyecto objetivamente en mi campo visual.

 

Después de tres días trabajando sin el menor indicio de densidad estaba exhausto. Como sólo tenía un lápiz mecánico, se me acumulaba al cansancio incluso la energía que gastaba en cambiar las minas. Me esforcé en hacer las líneas más deprisa, al tiempo que intentaba hacerlas ni cortas ni rectas y tocándose y cruzándose lo más al azar posible. Decidí usar los colores de uno en uno hasta que, con cada uno, alcanzara el punto que me pareciera la cuarta parte de la «Máxima Densidad». Los signos de incomodidad se convirtieron en un reloj inconsciente que determinaba cuándo debía parar y apartarme del dibujo. Subir a la rampa para ver el dibujo a distancia proporcionaba un alivio momentáneo al esfuerzo fisico. Desde lejos cada color hacía el efecto de un enjambre que lentamente intentara abrirse camino a lo largo de una parte de la pared. El dibujo, en cierto modo, era paradójico. La densidad uniforme y la dispersión de las líneas producía un efecto muy sistemático. Una vez determinadas las dificultades particulares de cada color, fui pensando cada vez menos en las líneas ya dibujadas hasta que dejé completamente de pensar en ellas… Haciendo el dibujo advertí que relajar mi cuerpo totalmente era sólo una de las maneras de alcanzar un nivel más profundo de concentración. O residía en hacer el dibujo despreocupadamente. Mantener mi cuerpo totalmente activo de una forma casi involuntaria, en cierto sentido, relajaba mi mente. Cuando se relajaba mi mente, los pensamientos fluían a un paso ligero y suave.

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Los testimonios de los presos son más alucinados que reales. En parte inventados, en parte ilógicos. Responden a una experiencia a la que nosotros no podemos llegar.

 

Los artistas conceptuales son más místicos que racionalistas. Sacan conclusiones a las que la lógica no puede llegar.

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Ninguno niega la excepcionalidad de la experiencia.

 

Los juicios ilógicos conducen a experiencias nuevas.